UC - Críticas
| Países: Estados Unidos. Año: 2013. Duración: 83 min. Género: Comedia Negra.
Dirección: E.L. Katz. Guion: Trent Haaga, David Chirchirillo. Música: Mads Heldtberg. Fotografía: Andrew Wheeler , Sebastian Winterø. Producción: Snowfort Pictures / New Artists Alliance.
Estreno en España: 28 Noviembre 2014. |
Interpretación: Pat Healy, Ethan Embry, Sara Paxton, David Koechner, Amanda Fuller, Brighton Sharbino. |
CORTAR POR LO SANO
'Cheap Thrills' es un malévolo y cínico thriller que propone durante su trayecto una escalada gore para demostrar la mezquindad humana y, de paso, ofrecer una particular visión contemporánea de los valores basados en el capitalismo que rigen nuestra sociedad, aún más reafirmados en un momento como éste donde nos acucia una terrible crisis económica. Todo ello se explica de forma velada y en segundo plano, ya que lo que aquí importa es ofrecer un producto de entretenimiento salvaje que haga las delicias de los espectadores más sádicos que agolpan los festivales de cine donde tienen cabida los films de género.
SINOPSIS: Craig, un padre de familia en plena crisis económica, ahoga sus penas en un bar cuando un desconocido le propone un trato: le dará cierta cantidad de dinero si va cumpliendo una serie de acciones, a cada cual más extraña y violenta. Lo que comienza como un juego terminará en delirio.
Porque 'Cheap Thrills', sin ser específicamente un film de terror, ha estado presente en los certámenes más importantes con devoción por ese género y con bastante éxito, por cierto, ya que la sangre salpica las butacas con una eficencia descarnada que convierte esta comedia negra con transfondo social en una película mucho más terrorífica que la mayoría de las habitadas por fantasmas demoníacos, espíritus malignos o familias de psicópatas descuartizadoras de jóvenes imberbes.
'Cheap Thrills' es brutalmente divertida, pese a tener un argumento sencillo y sin complicaciones que podría haberse quedado en un cortometraje, pero la pericia de E.L. Katz tras las cámaras, sabe imprimirle un ritmo frenético que incluso va creciendo a medida que la locura se apodera de las imágenes en una orgía de sangre y autodestrucción digna de un reality show de futuro cercano donde los concursantes se someterán a una tortura física y emocional autoconsciente en pos de alcanzar el reconocimiento mediático o, como en este caso, la simple gratificación económica que te permita saldar tus deudas aunque para ello te dejes tu dignidad y humanidad por el camino.
